miércoles, 15 de septiembre de 2010

Acerca de la quema del Corán y la quema de banderas


Todos condenamos la quema del Corán por parte de las sectas paracristianas y ¿nadie condena la quema de la bandera estadounidense por parte de los musulmanes radicales? Si no hay reciprocidad, no esperen respeto.
Cada musulmán que se muestre violento está declarando con sus actos, que Alá no existe y Mahoma es un charlatán. Dado que la violencia cuando de agresión se trata ( en cuestión de la legítima defensa sería un debate largo) es una declaración de que no se cuenta con argumentos además de la demuestra más clara de debilidad.
La radicalidad musulmana ensucia tanto el Islam, como el fanatismo de las sectas paracristianas ensucia al Cristianismo así no forme parte de él.
En efecto, no es justo que se respeten los valores de un grupo (en este caso los musulmanes) y no los de otro (en este caso los estadounidenses)
Evidentemente hay una diferencia entre un libro sagrado (en este caso el Corán) y una bandera, sin embargo ambos representan mucho para algunos.
De manera que en este caso, como en muchos, o se respeta a todos o no se respeta a nadie.
Los musulmanes radicales no pueden esperar que el mundo no queme el Corán si ellos no dejan de quemar banderas y asesinar personas inocentes.
Por otra parte las sectas paracristianas deben de dejar de exponer a los cristianos a las iras de los radicales por usurpar nombres que no les pertenecen.
Es necesario que cómo latinoamericanos y por lo tanto provincia de la Cristiandad, manifestemos nuestra discrepancia con las sectas paracristianas.
La libertad religiosa no puede entenderse en ningún caso como la usurpación de nombres para fines poco claros. Las sectas paracristianas son toleradas cordialmente en Latinoamérica y la sincera fe de sus miembros es un soporte importante en la defensa de la moral y de los derechos naturales del ser humano, como el derecho a la vida y a la familia.
Sin embargo hay que ser claros en que las sectas paracristianas NO PERTENECEN a la Iglesia Católica, ni a iglesias partículares o comunidades eclesiales, que guarden con ésta estrechos lazos o conserven algo de la sucesión apostólica.
La actitud y costumbres de estos grupos es responsabilidad total de sus fundadores y responde a su doctrina, no tienen nada que ver con el Cristianismo ni con la doctrina cristiana.De manera que la sorpresa por la excentricidad de su religión es tanto de parte de los musulmanes como de los cristianos.
Esto debe de quedar claro para que cualquier reclamo del radicalismo islámico sea respondido por las sectas paracristianas y no por el Cristianismo.
Es importante que los musulmanes entiendan esto. Así como que valoren los esfuerzos por la paz y el acercamiento de los pueblos en los que está comprometida la Iglesia.
No permitamos que la torpeza ocasionada por la novedad de herejías audaces, así como la radicalidad de las vertientes islámicas más secularizadas, entorpezca el entendimiento de los pueblos y el trabajo conjunto de las religiones por alcanzar la anhelada paz mundial

No hay comentarios: