martes, 24 de abril de 2012

Latinoamérica Siempre Fiel



Por mucho tiempo he descuidado mis blogs, inclusive éste, que considero el más importante. Por generosidad de un tío mó, puedo ahora escribir más seguido.

He creído conveniente, empezar con estas -espero constantes- entradas nuevas con una visión de lo que creo que debe de ser este blo.



¿Por qué "Latinoamérica Siempre Fiel"? Escogí este nombre para mi primer blog, porque quería resumir un poco lo que pretendo ser y lo queme parece más importante.SIn duda tengo la bendición de darme cuenta que en toda reflexión seria que haga sobre mi vida y mi lugar en el mundo, necesariamente llegaré a Dios. No puedo mentirme a mi mismo, aunque lo intentase.



Pues bien, en estas reflexiones, sobre Dios y sobre el sentido de las cosas, trato de aterrizarlo en esa realidad visible que es la Iglesia y de manera preferente la Iglesia en estas tierras latinoamericanas.



¿Por qué Latinoamérica y no el Perú?, porque creo, y eso es algo que quería manifestar como una suerte de tesis, que la necesaria unidad latinoamericana , que por otra parte no se opone a la Patria, ya existe y es la fe católica. En efecto si bien es cierto que la conocida mayoría es, por así decirlo, de dudosa rigurosidad, si creo que no solo a nivel de población, experiencia vital o identidad social sino como vínculo entre todos los pueblos de Nuestra América.



Sin duda para alguno de mis pocos lectores esto podría resultar abusivo o forzado. Frente al antitestimonio constante de nosotros como sociedad y el intento (de desinformación o censura) de los medios de comunicación tradicionales, ideologías políticas exóticas o relajación moral de la que los creyentes somos no pocas veces responsables.



Pues bien, todos los que vivimos en Abya Yala, hemos escuchado no pocos discursos sobre la integración. Puede ser el sueño de Bolívar, puede ser la solidaridad de los pueblos desde una perspectiva socialista (con figuritas del Che Guevara, Salvador Allende o Fidel Castro), puede ser la cooperación económica desde una perspectiva capitalista (con fervientes recomendaciones a los tratados de libre comercio y la extracción de los recursos), puede ser inclusive un indigenismo a veces racista (que enarbola wiphalas y wenufoyes) o una nostalgia del colonialismo español (aquel imperio solar del que fuimos parte y que ya no existe más). Puede también ser una fe ciega en la República y en la democracia y en el "progreso" entendido desde el punto de vista de los organismos internaciones y las organizaciones no gubernamentales de "derechos humanos".



Muchas visiones sobre esta indoiberoamérica de la que somos parte, ciertamente todas con algunos elementos rescatables y, tristemente, también con efectos, no pocas veces fatales para el pueblo que pretenden defender.



Proyectos humanos, evidentemente perfectibles, pero que a mi humilde entender no agotan el reto y horizonte de nuestros pueblos.



Yo entiendo que la Unidad Latinoamericana pretendida por tantas voces, ya existe y es la fe católica. Esta fe de nuestros padres es, la que creo yo, inspira la síntesis cultural de las sociedades precolombinas y el imperio español, las primeras, síntesis a su vez, de diferentes procesos culturales acontecidos en estas tierras y el segundo, síntesis de la cultura occidental, con toda su riqueza clásica, feudal y ante todo , fortalecida por la Reforma Católica, el espíritu de las Cruzadas y la Reconquista Española, profundamente cristiana.



En efecto, con Occidente vino la fe, no una fe occidental, sino - habiendo surgido en Oriente Medio- ya universal, es decir católica, y por ello hecha para ser vivida por todos los pueblos, incluidos los que aquel glorioso 12 de Octubre de 1492, recibieron junto con el conquistador, la Buena Nueva, el tesoro más preciado de los que poseen nuestras naciones. Aquel tesoro que no nos podrá ser quitado por nada ni por nadie: La Fé Católica y el don del Bautismo.



He hablado con entusiasmo de esa Primera Evangelización Constituyente y sin duda muchos opositoresa esta aproximación, hablaran con no menos entusiasmo de las mencionadas perspectivas. Sin duda es bueno que esto sea así (el que en nuestros pueblos se pueda opinar). Pero yo manifiesto mi reconocimiento a que la Fe Católica es ese factor de la unidad tantas veces perseguida por nuestros pueblos.



Pienso en las fiestas patronales (necesitadas de purificación ante la profanación de los alcohóicos), en las Semanas Santas, con hermosas procesiones, tradiciones antiquísimas y templos llenos a rebosar, desmintiendo cada año los siempre constantes avisos de "disminución de los creyentes". También considero los crucifijos en las escuelas, oficinas públicas o las imágenes del Corazón de Jesús o la Virgen en cualquiera de sus advocaciones en las casas, en los parques, veo la Cruz de Cristo en los cerros y caminos y los nombres de nuestros hijos: Pedro, Josè, Juan, María, Pablo, etc. Considero los Te Deum en los aniversarios patrios. Veo el valiente testimonio de la firmeza en la fe de tantos Obispos y Cardenales vapuleados por la persecución. Veo a los jóvenes en tantas parroquias y movimientos eclesiales. A tantos sacerdotes en los Andes y en las Selvas y tantos laicos comprometidos.En fin una fe firme por más de 500 años no por ello excenta de caídas, pecados, e inclusive escándalos.

 Sí, yo sostengo que esa fe católica es la que nos une a todos los pueblos de Amèrica.