miércoles, 15 de septiembre de 2010

El comercial del bocón.

Dicen que en el Perú, una persona inteligente sufre mucho.

Yo no soy muy inteligente, así que al parecer no se necesita mucha inteligencia para experimentar el asombro ante los temas que ocupan las conversaciones y prioridades cotidianas. Y las ridiculeses de la obsoleta y caduca televisión nacional

Que los programas más vistos sean Magaly o Bayly, nos dibuja un panorama bastante desalentador, en el que se evidencia que los recursos naturales, la riqueza histórica, la infinita potencialidad, la diversidad cultural y tantas otras maravillas, no valen nada frente un pueblo lobotomizado por la superficialidad.

Entre tanto tema bastante idiota de discusión, en medios tradicionales e internet (concursos de baile, destino del Huáscar, líos personales de fútbolistas y vedettes, etc) la siempre desubicada ministra Nidia Vilchez, ha pedido a Indecopi que censure un comercial del diario "el Bocón".

Evidentemente no leo tal diario, sin embargo el comercial en cuestión muestra un padre y su hijo. El primero minimiza un gol hecho por el segundo y le dice que es mejor dedicarse al ajedrez.En el Perú tenemos un serio problema de sobredimensionamiento de una paternidad mal entendida, que justamente daña su necesaria e insustituíble importancia.

Importancia vital en el desarrollo de una sociedad que precisamente se ve disminuída por una caricatura de la paternidad que parece aceptarse de generación en generación.Muchos piensan que la reacción del padre debería ser paliativa, condescendiente, falsa. La de un padre, como tantos existentes, que no le importa mentirle a su hijo, para que este "se sienta bien".

Así ,en esta caricatura de paternidad, el crecimiento no es tan importante como el confort. No es extraño que estemos llenos de personas superficiales que están acostumbradas a celebrar subcampeonatos. No es extaño que tengamos la población que tenemos. ¿Qué debiese valorar un hijo?¿acaso un padre que le miente para que no se sienta bien?

Dejo la pregunta ahí. ¿Cómo ama efectivamente un padre más a su hijo?¿dorándole la píldora para que no sufra? Suelto nuevamente la pregunta. Sí el hijo en efecto sabe que es bueno, pues debiera seguir intentándolo, nunca para demostrar nada a su padre, sino para ser el mejor en aquello que es bueno.Si la inclasificable ministra Vilchez (que parece no tener prioridades más importantes) fuese consecuente, debiera pedir la censura de casi toda la programación nacional e internacional que se emite en el pais, además de peliculas en cine y libros.Por supuesto que, siendo la población tan inconsecuente, más lo será el Estado.

Así que no se espera ningún comportamiento lógico de personas que usan fajín.Me molesta mucho los comentarios acalorados criticando un comercial. Evidenciando una falta de percepción al no entender el comercial en su contexto, y peor aún una propagación preocupante de una paternidad mal entendida. Esto lógicamente desemboca en relaciones sociales viciadas por una búsqueda casi patológica de confortabilidad, lo que produce los ciuadanos débiles, sumisos y excesivamente diplomáticos que somos los peruanos.

Que la opinión pública (si esta existe) se escandalice frente a un padre duro de comercial. Qué no le asustará de las relaciones sociales, cómo se sentirán frente a gente que habla claro y sin miedo. Yo prefiero esperar que como nación cambiemos a ser gente tanto que diga la verdad sin miedo, como gente que no necesite de aprobaciones edulcoradas para hacer lo que quiere.

En efecto, falla tanto el miedoso que no dice lo que piensa como aquel que necesita que le recuerden constantemente lo bien que hace las cosas ( así todavía no las haga bien) junto con una palmadita a la espalda y una caricia en la cabeza.

Nuestra constante falta de éxitos ¿no será consecuencia de esa búsqueda de la aprobación que nunca llega?¿no habrá sido consecuencia de uno padres excesivamente permisivos?

Quizá como nación nos haya faltado un padre como el del comercial.Digo, para que le demos vueltas.

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