miércoles, 15 de septiembre de 2010

El día de la Madre


El 8 que pasó fue la festividad del nacimiento de la Virgen, no es feriado como lo es la solemnidad de Su Inmaculada Concepción, Sin desmedro de la celebración de hoy, saquemos una lección, que es más importante celebrar la concepción que el nacimiento. Si hay reparos en la imprecisión de la cuenta, pues celebremos el Bautismo, que sería una celebración emmarcada en la religiosidad. Yo no celebro mi...Hoy es la festividad del nacimiento de la Virgen, no es feriado como lo es la solemnidad de Su Inmaculada Concepción, Sin desmedro de la celebración de hoy, saquemos una lección, que es más importante celebrar la concepción que el nacimiento. Si hay reparos en la imprecisión de la cuenta, pues celebremos el Bautismo, que sería una celebración emmarcada en la religiosidad. Yo no celebro mi cumpleaños, sé que muchos sí y no está mal. Pero ¿por qué no darle al día de la concepción una importancia especial? Esto es revolución cultural provida efectiva, y más aún ¿Por qué no celebrar también el Bautismo? Esto es evangelización de la cultura.
Y porque en el caso del Señor (con la Solemnidad de la Natividad tantas veces profanada) y en el de la Madre, para quienes la eternidad es poca para celebrarlos.
En el día de su natalicio, este poema que encontre.
Hoy nace una clara estrella, tan divina y celestial, que, con ser estrella, es tal, que el mismo Sol nace de ella. De Ana y de Joaquín, oriente de aquella estrella divina, sale su luz clara y digna de ser pura eternamente: el alba más clara y bella no le puede ser igual, que, con ser estrella, es tal, que el mismo Sol nace de ella. No le iguala lumbre alguna de cuantas bordan el cielo, porque es el humilde suelo de sus pies la blanca luna: nace en el suelo tan bella y con luz tan celestial, que, con ser estrella, es tal, que el mismo Sol nace de ella.
¡Ticualtzin Tihuecapantic Ilhuicapan!

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