lunes, 19 de diciembre de 2016

Mi experiencia con la FSSPX



Cuando conocí la Misa Tridentina, la Misa inmemorial de la Iglesia y empecé a amarla con devoción y a buscarla desesperadamente pasé lo mismo que todos los que han atravesado ese desierto litúrgico que es la realidad eclesial postconciliar. Pero Dios que sabe más brinda soluciones aún para quienes torpemente las buscamos, así nos dió a la Asociación San Pio V, y sus Misas en la parroquia San Marcelo cuando estaba en Lima un sacerdote que sabía celebrar, o las visitas de la Fraternidad San Pedro con sus misioneros estadounidenses, o alguna iniciativa en el distrito de San Isidro con un sacerdote muy viejito.

En fin para cualquier cristiano de a pie que haya experimentado la Misa de siempre, que haya leído este texto de cabecera que es el Breve Examen Crítico de los cardenales Ottaviani y Bacci (me sorprendió saber que en el Seminario de mi ciudad no lo conocen) así como otros libros o escritos sobre el tema litúrgico y su demolición, simplemente no hay en conciencia otra forma de participar del Sacrificio de Nuestro Señor que en la hoy llamada forma extraordinaria. No caeré en desconocer la validez de la Misa Nueva, que ha sido celebrada por papas legítimos que a pesar de los innumerables e infernales abusos es una forma lícita. Es más cuando debo cumplir con le precepto y no encuentro Misa Tradicional voy a Misa nueva sin problema.

El tema es que es dificil encontrar Misa de siempre, hasta que descubrí que cada mes venía un sacerdote de la FSSPX, y con todo el miedo del mundo (pues fui formado en un movimiento eclesial) con exagerados escrúpulos que rozaban la paraonia, y habiendo leído y releído la Ecclesia Dei que desaconseja pero no prohibe participar en la Misa mientras no se adhiera a algún cisma. Rarísimo pues la Hermandad San Pio X no tiene ni asomo de herejías , las cuales se insinúan por teólogos celebrados, periodístas católicos, obispos y hasta papas de forma material en el resto de la Iglesia. Pero aún así había y hay una dificultad canónica que no es menor, sin embargo dado que yo no me adhiero a ningún cisma, obedezco al Papa y era evidente que mis escrupulos me alejaban de la Misa, fui y fue excelente, no solo la celebración de la Misa sino los gestos y porte del sacerdote, la claridad de su predicación, la sincera preocupación de la feligresía de que a pesar de la crisis había que esforzarse por agradar a Dios y no a los hombres, cierto es que hay loquitos como en todo lado pero supongo que es inevitable.

Aún así no comulgaba me daba miedo, esta última tentación ni siquiera fue disipada por quienes me aconsejaban que mejor no vaya que si tengo miedo de comulgar está mal , que la Misa nueva es igual, que me vuelvo enemigo del Papa o que me rodeo de gente posera para sentirme especial y cosas así de disparatadas.

Yo lo veía como una limosna, como las migajas que caen de la mesa del rico y que habiendo pecado tanto solo merecía unas pocas Misas perseguidas y no mas. Pero eso también era una tentación horrorosa los méritos del Señor son para todos. Era absurdo no ir a una Misa bien celebrada por x motivos. 

Luego vino la dispensa papal a las confesiones por el año de la Miericordia, cierto es que a pesar de ser un sacramento que requiere jurisdicción (que la FSSPX no tiene) apelando al estado de necesidad podía uno confesarse sin problema pero el gesto del Santo Padre fue un bálsamo que nos ayudó a los que somos devotos de la Liturgia Tradicional , frecuentamos las capillas de la FSSPX y manifestamos nuestra fidelidad y adhesión al Vicario de Cristo.

Fue un camino tortuoso por mis propios miedos y pecados pero ya no. Agradezco la fidelidad de la Hermandad San Pio X y ruego por que la Iglesia vuelva a custodiar la riqueza de la liturgia tan golpeada desde aquella reforma nefasta que nos ha costado tanto. Hay que agradar a Dios antes que a los hombres.  





sábado, 17 de diciembre de 2016

Mi experiencia en la Familia Sodálite



En 1999 siendo estudiante de antropología en la UNMSM pude participar en el Congreso de Estudiantes Católicos organizado por Coordinadora Universitaria, una iniciativa apostólica del Movimiento de Vida Cristiana, parte de la Familia Sodálite, la familia espiritual surgida del Sodalicio de Vida Cristiana.

Estuve casi diez años, y mi experiencia fue 100% positiva, siempre agradeceré a Dios por lo recibido en esa familia espiritual, en cuanto a formación cristiana, ejercicio de la piedad y conocimiento personal. 

Hay que ser agradecidos con Dios, que aún de las cosas malas puede sacar cosas buenas, existen personas que se convierten en la cárcel, tras una enfermedad o tras un momento difícil. Digo esto para no justificar la existencia o bondad de esta familia espiritual en la conversión de las personas. Las conversiones se dan por misericordia de Dios, las instituciones tienen sus cosas buenas y malas independientemente de eso.

En el Sodalicio, destaco muchísimas cosas positivas, como la urgencia del apostolado y la visión militante de la fe,  la conciencia de la amistad en el Señor y la vida comunitaria, la piedad mariana y la radicalidad. 

La urgencia del apostolado y la visión militante de la fe era una característica constante, en las charlas, en las actividades apostólicas y hasta en las salidas recreativas. Una de estas actividades eran las misiones, apenas ingresado en el Movimiento participé en una de ellas, allá por el año 1999 en Chiquián, Ancash, en la sierra del Perú, momento que atesoraré siempre.La exigencia era mucha, el aprendizaje constante y la emoción por participar en la misión de la Iglesia y continuar con la Evangelización constituyente de las Américas. Todo muy emocionante y pedagógico. Con episodios como levantarse a las 5 de la mañana para rezar el Rosario de la Aurora con los pobladores de LLamac (un pueblo al que fuimos), limpiar una capilla del siglo XVI , llegar a un pueblo que estaba a 8 horas pero llegamos en 27, pasar hambre y frío, amanecerse conversando o rezando. Muchísimas cosas enriquecedoras.

La conciencia de amistad en el Señor y la Vida Comunitaria se vivía también constantemente, mis mejores amigos los encontré en el MVC, verdaderos hermanos a quienes sigo viendo, con quienes cada año nos encontramos en la Misa de nuestro patrón (mi agrupación se llamaba San José) , con quienes compartimos compadrazgos y la vida misma. Eso es impagable, la conciencia de la "Amistad en el Señor" es de una diáfana claridad en la familia sodálite. Tan es así que traspasa fronteras como cuando viajé regularmente a Huánuco y conocí un montón de jovenes apuntando al mismo ideal y era como si nos conociéramos de años. 

La piedad mariana era constante, yo recuerdo mucho los rosarios de los sábados. Cuando recién me agrupé eran separados los hombres por un lado y las mujeres por otro, los varones lo rezábamos en una capilla, a mi me gustaba mucho porque era como un grupo de monjes. Luego ya se hizo mixto, por las familias, supongo o para que la gente tenga más vida social quien sabe. Otra cosa que aprendí en el sodalicio y que agradeceré siempre es aprender a rezar la Liturgia de las Horas. Mentiría si digo que lo sigo rezando siempre, me cuesta sobretodo por la mañana, pero sí lo hago y creo que es una práctica de piedad elemental para cualquier cristiano de a pie. 

Entre las cosas malas que he visto puedo mencionar esta práctica que llamábamos el "Infighting" o el "entrarle" a la persona; consistía en hablar con una persona a solas o en grupo cuestionándole al resaltar sus defectos o errores para cuando esté humillado o muy quebrado presentarle alguna alternativa a su vida personal o espiritual. No me lo hicieron muchas veces, participé en algunas. No digo que no lo disfruté en ambos lados, pero en retrospectiva no era una práctica muy sana, y no creo sea una práctica tradicional en la Iglesia. Yo confieso que me ha servido cuando me han cuestionado a mi, quizás no sea algo totalmente malo pero intuyo que no es totalmente sano.

Otra cosa que me parece mala es la papolatría desordenada, esto es un problema común a los movimientos eclesiales postconciliares. Es la distorsión de la recta reverencia al Vicario de Cristo, convirtiendo la obediencia al Papa en una obediencia cadavérica ajena a la doctrina católica, esto era trasladado a cualquier obispo y en proporciones delirantes al fundador. Yo lo viví, no me lo contaron. El Papa es padre, pastor y monarca , los cristianos somos hijos, fieles y súbditos del Santo Padre, pero eso no tiene nada que ver con sacrificar la verdad o evitar resistir al Papa o a un jerarca cuando corresponde. Yo entiendo que ante la secularización y persecución anticatólica en medios de comunicación , política y centros académicos hay una reacción que es defender y difundir la figura del papado, el papado es emocionante, ¡a mi me sigue emocionando! pero a veces se distorsiona ello y creo que el Sodalicio con otros movimientos eclesiales han contribuido un poco a esa distorsión. 

Otra cosa negativa eran sus templos, de una curiosa interpretación de la austeridad que contrasta con el arte católico tradicional con templos de una fealdad chocante pero esto es común a la Iglesia después de los años sesenta no es un tema exclusivo del Sodalicio es una crisis generalizada.

Con el descubrimiento de abusos sexuales y psicológicos por parte de algunos miembros del Sodalicio y acusaciones a su Vicario General el fallecido German Doig y el fundador Luis Fernando Figari, el Sodalicio entro en una crisis que aunque no dudo de la buena voluntad de los inocentes creo que no ha sido afrontada de la manera más acertada. Quizás es que yo soy un poco más radical o quizás solo simplista y considero que la disolución es lo adecuado ,puede ser  porque yo ya no formaba parte de la familia hace ya tiempo o porque creo que los movimientos eclesiales fruto del Concilio Vaticano II han sido más un fracaso que un éxito. Se habló de primavera y ha sido un invierno terrible. Es un tema que usted, improbable lector , entenderá que da para una discusión larga y tendida.

Considero que la gente buena seguirá siendo buena afuera sin necesidad de una institución cuyo origen es dudoso.

Cada vez me convenzo más que el derrotero es la piedad tradicional católica, sin experimentos raros. Ser católico de a pie es bastante exigente ya y creo que es lo que hay que hacer para vencer la ola de secularización y modernismo que acecha.

Pero lo más probable es que el Sodalicio no sea disuelto, queda esperar entonces que, purificado de lo negativo pueda aportar algo, no en vano ha sido un freno a ese lastre que asoló Hispanoamérica como fue la teología de la liberación, además de haber tenido la capacidad de tejer toda una red de solidaridad como son las campañas Navidad es Jesús o los servicios de Solidaridad en Marcha. Estas iniciativas sin duda se podrán purificar pero suman.

Pues bien, esto es lo que quería decir sobre el particular. Oremos por la Iglesia, para que cumpla siempre su misión.